sábado, 24 de marzo de 2012

Alicia y el Sinsentido



Me permito una vez más hacer gala de mi ignorancia y falta de entendimiento a través de este breve intento de reseña.


A pesar de los diversos análisis que se han hecho a Alicia en el país de las maravillas y a Alicia al otro lado del espejo, no he sido capaz de interpretar algo significativo de ambas obras, tal vez a falta de referencias históricas, culturales o psicológicas.


Se va desarrollando una historia fuera de toda lógica, así que intentar encontrarle un sentido resulta un vano intento y una gran pérdida de tiempo, y me parece extraño pues cada capítulo contiene argumentos bastante sólidos pero, al no tener continuidad ni conclusión, solo te dejan extrañeza como sensación final. Visto como un cuento resulta entretenido y de hecho tiene sus momentos cómicos, tal vez lo que falta sea leerlo con la visión de un niño.


Dentro de la otra realidad, Alicia representa la educación de su gente: lo correcto; y se ve inmersa en situaciones que retan su propia comprensión de lo mismo, permitiéndole seguir las normas ya establecidas de su sociedad pero de una forma consciente o encontrando lo absurdo en muchas de ellas. Lo que logro rescatar de todo el embrollo es un personaje con la suficiente intuición para saberse desenvolver y adaptarse en el medio en el que está, que anteriormente desconocía.


Tal vez de un estudio de símbolos oníricos alcanzaría a vislumbrar de qué hablan las obras, claro, desde el punto de vista de un psicoanalista pero, por suerte, no soy uno de ellos.





Carrol, Lewis (1865) "Alicia en el país de las maravilla". Editorial Porrua. México.
Carrol, Lewis (1872) "Al otro lado del espejo". Editorial Porrua. México.

domingo, 22 de enero de 2012

Vida de Cristal




Un espacio amplio, luz tenue, clima templado, ligera humedad, calma. Se aproximan a la sensación que me daba el leer Tokio Blues aunque estuviera en medio del tránsito o camino al trabajo, acciones cotidianas que incluye Murakami en el desarrollo de la historia, que a través de sucesos tan comunes va dándole un sentido más trascendente de lo que aparenta.

Más allá de la trama y de los personajes me quedan varias impresiones: una de ellas es la disciplina en el estilo de vida de los japoneses, que por medio de sus descripciones pude quedar pasmado en varias ocasiones ante la amplitud de actividades que desarrollan en su etapa de crecimiento, y que gracias al régimen que se auto-imponen son capaces de comprenderlas y llegar a dominarlas, en mi opinión a un nivel mucho mayor que en los países latinoamericanos, dándose el lujo todavía de la humildad, pues con todo y las diversas personalidades es un rasgo que todos tienen en común.

Me asombra también la profundidad psicológica en la que el autor te va sumergiendo de modo que intentas entender los procesos que mueven cada arco argumental; algo así como transfigurar un caso clínico, de redacción fría y precisa, en una pintura detallada y sensitivamente más cercana al público, resultando una identificación emocional real entre éste último y la vida inventada de los actores de la obra.

Algo notable es el trato que se le da a las funciones corporales pues, similar a Aldous Huxley, se habla de ellas de la manera más normal posible, y no sé si es una característica literaria de los autores novelescos contemporáneos pero eso me hace pensar; no existe el menor embarazo en hablar de erecciones, fluidos, penes, vaginas, placer meramente corpóreo, y es que por qué rayos nos complicamos en escribir acerca de ellos en medio de lo romántico, como si fuéramos ignorantes de éstas sensaciones , tan comunes a todos y tan vergonzosas en público, habladas o escritas. En la lectura no hay gran diferencia entre un beso y un orgasmo, ni entre caricias y lubricación, siendo reacciones unas de las otras, tan naturales y satisfactorias, que terminan siendo un goce para el lector.

Escribe Murakami con una honestidad transparente, cristalina, como si dejara ver a propósito la vida de su pueblo, mostrando con un orgullo descarado a su propia gente, sus ideas y sus dogmas, su forma de actuar; y espero no fallar al decir que puedes observar a Japón mismo, y llegas a vivir aunque sea un ratito junto con ellos.

Pero lo más rescatable del libro es la idea del flujo, un flujo psico-emocional y energético necesario para seguir viviendo, que se va mostrando como la mejor manera para disfrutar los momentos que constituyen nuestra existencia. Nada de aferrarse ni a las personas ni al pasado, dejar a los sucesos atravesarnos en tiempo y en espacio, sí, sentir las emociones en la intensidad que les corresponde, sentirlas bien para poder abandonarlas, que corran e invadan a quien tengan que invadir, dejando en nosotros el hueco útil para lo nuevo, para lo que sigue.


Si me preguntaran “¿de qué trata el libro?” respondería “de seguir viviendo”.












Murakami, Haruki (2005) "Tokio Blues / Norwegian Wood". Tusquets Editores México. México.